Equilibrio de poderes: Des-equilibrio a la hora de votar

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El ausentismo de la pasada sesión en la plenaria del Senado donde se esperaba la aprobación parcial de la reforma de equilibrio de poderes en su sexto debate, deja una sensación de des-equilibrio político en donde las opiniones y votos están bastante lejos de una unanimidad política y de intereses claros.

El Proyecto de Acto Legislativo número 18 de 2014 Senado, 153 de 2014 Cámara que busca eliminar la reelección presidencial y crear un tribunal para los jueces del país desnuda la profunda crisis que vive el sistema institucional en Colombia.

Esto puede indicar, o mejor, llevarnos a pensar que los congresistas de las diferentes bancadas no están preparados para votar. El presidente de la Corporación para el Control Social (CONTRIAL), John Sudarsky, en una reciente columna  en  “Las 2 Orillas” escribió: “Me ha sorprendido la crudeza con la cual el Ministro del Interior Juan Fernando Cristo, en la audiencia pública convocada por Claudia López y Angélica Lozano, reconoció públicamente la absoluta quiebra del sistema institucional actual y la urgencia de revitalizarlo”, pero esa urgencia no se ve manifiesta por ningún lado, al contrario, parecería que al Gobierno en turno le interesaría más ir lento en esta votación y acelerar otros temas de la agenda.  Una estrategia de carácter urgente para elevar la percepción positiva del Presidente Santos ante los colombianos.

Ese des-equilibrio a la hora de votar estaría en buena parte influenciado por los diferentes argumentos expuestos por los actores principales de la política nacional, que de una u otra forma, se verán afectados por los cambios que conlleve esta reforma al equilibrio de poderes.

Recientemente el expresidente César Gaviria habló sobre la posibilidad de darle un giro a lo que hoy compone el Tribunal de Aforados. El proyecto expone la creación de cinco jueces que compongan este Tribunal, Gaviria señaló que con un solo magistrado era suficiente.  Para mucho es el más controvertido punto de la reforma que está siendo tramitada en el Congreso y por ende, no es tan urgente que se vote.

Pero  ¿por qué el expresidente está tan interesado en darle más importancia a este articulado del proyecto?.  Según explicó la Revista Semana en su edición digital,  de los 1.585 asuntos que hoy lleva la Comisión de Acusaciones, la mayoría no serían transferibles al nuevo tribunal pues son casos de prevaricato que estarían por fuera de su órbita, el tribunal arrancaría sin trabajo porque a los actualmente investigados no se les va a poder cambiar el juez retroactivamente.

En la propuesta del proyecto  la función del Tribunal de Aforados no se limitaría solamente a investigar sino que acusaría a un aforado que tenga una investigación. La acusación no se haría ante la Cámara sino que se citaría al Congreso en pleno y podría tener carácter de indignación política con un posible retiro del aforado en cargo.

Esto cambiaría totalmente lo que se vive en la actualidad en la inoperante Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes,  quienes en toda su trayectoria, no ha sido capaz de culminar un proceso contra los altos dignatarios que tiene que investigar, entre ellos el Procurador General de la Nación.

En una reciente declaración a los medios, el actual rector del ente Estatal, Alejandro Ordóñez,  señaló frente al proyecto de equilibrio de poderes que “le preocupa muchísimo que en la reforma denominada ‘Equilibrio de poderes’ se proponga que el Presidente sea quien terne al Procurador. Esto significa convertir al procurador en un ministro más. Ello rompería el equilibrio entre los poderes, pues el controlador del gobierno termina siendo un apéndice del mismo”, eso significaría un “súper poder” para el Presidente, quién elegiría los que estén en el Tribunal, además que existe el temor que el propio Procurador termina bajo este manto de fuero.

La Senadora Claudia López, propuso que ese tribunal estuviera conformado por nueve magistrados, divididos en tres salas, una investigaba, la segunda juzgaba y la tercera garantizaba la doble instancia; esta idea fue derrotada por que el Senado quien decidió que ese nuevo tribunal estará integrado por cinco magistrados y sólo se investigarán las conductas de los aforados que serán juzgados políticamente en el Senado. El expresidente Gaviria propone un solo magistrado.

En conclusión, si se vota a favor de este nuevo Tribunal de Aforados, Colombia seguirá en el mismo: “tú me eliges yo te salvo”.

Frente a esta situación,  John Sudarsky  plantea que el proyecto de Equilibrio de Poderes presenta problemas irresolubles,  pues se concentra solamente en cambiar las relaciones entre los poderes establecidos (ejecutivo, legislativo y judicial), pero no  incluye la relación con los ciudadanos que es un elemento fundamental, es un mando constitucional.

Mientras ésta reforma no se plantee como finalidad el cambio en la relación entre gobernantes y ciudadanos, e incluya, por un lado, la representación y la rendición de cuentas que debe hacer cada parlamentario, y por el otro,  la proporcionalidad entre votos y curules (elementos fundamentales de la Propuesta del Sistema Electoral Mixto planteada por Sudarsky), las fórmulas que se plantean no van lograr  sacar de la crisis  a nuestro quebrado sistema institucional.

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