Corporación Contrial propone que Bogotá se divida en 27 distritos y que cada uno elija un concejal.
¿Sabía usted que 92 de cada 100 personas que participaron en las elecciones para el Concejo de Bogotá en el 2011 no recuerdan el nombre del candidato por el cual votaron? Y peor aún, ¿que el 95,8 por ciento no supo si su candidato había ganado las elecciones?
Ese fue el panorama con el que se encontró la Corporación para el Control Social (Contrial), que busca que una ciudadanía informada, participativa y actuante ayude a fortalecer el sistema democrático. En desarrollo de esa tarea, la corporación hizo un estudio de capital social para identificar el nivel de conexión que tienen los electores de Bogotá con los 45 concejales de la ciudad.
John Sudarsky, presidente de la corporación, dice que el resultado es desalentador. Comparada con Barranquilla, Cali y Medellín, Bogotá es la ciudad donde los electores saben menos de sus concejales. “La gente no sabe por quién voto, ni siquiera recuerda el nombre”.
Para el Sudarsky eso implica que “los ciudadanos no saben quiénes son sus representantes en el Concejo de Bogotá y por lo tanto no pueden hacerles control social”. Al mismo tiempo, los concejales tampoco saben a quién rendirles cuentas de sus acciones. “La responsabilidad y el control social se diluyen”, advierte.
En el fondo del problema está el sistema electoral, en el que los candidatos terminan reducidos a un número. Así, para elegir a los concejales, los ciudadanos se enfrentan a un tarjetón con casi 2.000 números, en los que no hay fotografías de los candidatos, sino logos de los partidos.
Cuando el votante llega al puesto electoral tiene que llevar memorizado el número y el partido de su candidato, y luego navegar entre casi 2.000 números para marcar el que corresponde a la persona por la cual desea votar. En ese ejercicio muchas personas se equivocan y terminan votando por un candidato diferente, o desisten y depositan el tarjetón sin marcar en la urna.
Según el análisis de Contrial, ese esquema desmotiva a los posibles votantes, fomenta el clientelismo y eleva los costos de la campaña porque los candidatos tienen que buscar votos en territorios demasiado grandes. En Bogotá, que es una sola circunscripción electoral para elegir concejo, existen más de 5.500 barrios en 20 localidades y casi ocho millones de habitantes. De ellos, este año 5’500.000 están en el censo electoral.
En las elecciones del 2011, según el escrutinio realizado el día de las votaciones, la abstención llegó al 54,11 por ciento. Es decir, de 4’904.592 personas que estaban habilitadas para votar en el censo electoral, 2’656.980 no lo hicieron. Además, de las que votaron, 235.163 perdieron su voto: en 133.929 el voto fue anulado por marcación doble, en la mayoría de los casos, y en 101.234 el tarjetón no había sido marcado.
Cambiar el sistema
La propuesta entonces es que para elegir los 45 concejales se implante un sistema mixto de elección que combine el modelo de mayorías que opera en Estados Unidos y el Reino Unido con el de proporcionalidad que se aplica en Colombia.
Para ello, se sugiere que Bogotá se divida en 27 Distritos Uninominales (DUN) con no más de 275.000 habitantes, para que cada uno tenga la posibilidad de elegir a un concejal que lo represente. Todos los partidos y movimientos inscribirían un candidato con foto y color del partido en cada DUN y ganaría quien obtenga la mayor votación.
Para evitar la tendencia al bipartidismo que genera este sistema por distritos y garantizar la opción de las minorías, los votos de los partidos y movimientos que no ganan en los DUN se utilizarían para elegir a los otros 18 concejales, por el sistema de repartición de curules que se aplica hoy en día. Entonces, se suman los votos de los distritos que no ganaron por partido de toda la ciudad y se reparten las curules de acuerdo con listas cerradas y ordenadas, inscritas previamente con candidatos distintos a los que participaron en la elección de los DUN.
Así, el Concejo lo conformarían 27 concejales (60 por ciento) por distritos y 18 (40 por ciento) en representación de toda la ciudad. Para Sudarsky, este sistema mixto garantiza que los ciudadanos identifiquen por quién votan, y los aspirantes a una curul reducen el territorio en el cual hacen su trabajo político. “Eso baja costos de campaña, combate el clientelismo y facilita el control social”, añade.
Cada distrito tendría un concejal a quien pedirle cuentas porque saldría elegido por los votos de ese territorio y no como ocurre hoy, que un concejal obtiene 10.000 votos por toda la ciudad y no le responde a nadie.
Además, se dificulta el trasteo de votos porque se reduce la abstención y el número de votos para salir elegido aumenta.
La mala imagen del Concejo
Según datos de la Encuesta de Percepción Ciudadana de 2014, el 63 por ciento de los ciudadanos tiene una mala imagen del Concejo de Bogotá y el 25 por ciento desconoce su existencia.
La cifra hace parte del informe más reciente del programa ‘Concejo, cómo vamos’, que hace seguimiento al trabajo de las distintas bancadas y de los concejales en su trabajo individual.
Los criterios que se toman en cuenta para la medición de cada concejal incluyen control político, actividad normativa, participación, asistencia y permanencia a las sesiones de su comisión y de la Plenaria. Esos criterios se tienen en cuenta para evaluar las bancadas. La evaluación se lleva a cabo desde el año 2002.
Si el actual concejo fuera por distritos
La corporación Contrial hizo el ejercicio de asignar las votaciones del 2011, de acuerdo con los 27 distritos en los que propone dividir la ciudad para saber cuáles habrían sido los elegidos por territorio.
La mejor parte se la llevan los concejales que tienen su votación concentrada en determinadas zonas de la ciudad, pero la proporción de curules por partido se mantiene sin mayores variaciones. En ese escenario los ganadores de las Distritos Uninominales fueron Horacio Serpa (Liberal), Antonio Sanguino (P. Verde), William Moreno (Progresista), Edward Arias (P. Verde), Jairo Acosta (Cambio Radical), Juan Carlos Flórez (Así), María Victoria Vargas (Liberal), Gloria Díaz (Conservadora), José Alvarado (Liberal), Soledad Tamayo (Conservadora), Fernando Vásquez (Conservador), Venus Albeiro Silva (Polo), Nelly Mosquera (Partido de ‘la U’), Darío Cepeda (Cambio Radical), Jorge Durán (Partido Liberal), José Bernal (Cambio Radical), Liliana de Diago (Partido de ‘la U’), Julio Acosta (Cambio Radical), Miguel Uribe (Partido Liberal), Hosman Martínez (P. Verde), César García (Cambio Radical), Olga Rubio (Mira), Rafael Santiesteban (Polo), Carlos Vicente de Roux (Progresista), Álvaro Acevedo (Liberal), Rubén Torrado (Partido de ‘la U’) y Armando Gutiérrez (Liberal).
Después se procedió a sumar los votos de los otros candidatos por partido y se asignaron las otras 18 curules por cifra repartidora.
En el ejercicio el partido de ‘la U’ se quedó con tres DUN y perdió una curul. El Progresismo ganó solo dos DUN y perdió dos curules.
El partido Liberal se quedó con siete DUN, lo que demuestra que tuvo votación concentrada en varias zonas de la ciudad. Fue el partido que más distritos ganó en la simulación. El segundo fue Cambio Radical, con 5.
YOLANDA GÓMEZ T.
Editora EL TIEMPO