Ciudadanos podrán controlar a senadores y representantes
La Corporación para el Control Social (www.controlsocialcolombia.co), lanzó una herramienta virtual que, a través de mapas políticos, identifica qué congresistas representan a los habitantes de un determinado Distrito Uninominal (DUN). Este instrumento fue diseñado para que los votantes puedan hacerle seguimiento al trabajo de los políticos y llamarlos a rendir cuentas por sus acciones en el Congreso.
“El déficit más notorio del sistema electoral colombiano es la dificultad de identificar qué congresista es responsable por un territorio. El caso se agrava, por ejemplo en Bogotá, donde la totalidad de los representantes a la Cámara fue elegida por tan solo el 25% del potencial electoral; como la inducción clientelista es más débil en Bogotá, sus habitantes simplemente no participan en la elección y con ello magnifican el impacto del clientelismo puro por parte de aquellos que tiene acceso privilegiado al estado, lo que pone en duda la capacidad de los congresistas de estructurar la relación entre ciudadanía y parlamento por fuera de la pura relación clientelista”, dice John Sudarsky, presidente de Contrial.
Mediante simulaciones basadas en el resultado de las elecciones parlamentarias 2014-2018, la herramienta permite identificar bases electorales de congresistas que a menudo permanecen ocultas, inclusive para los mismos electores. La simulación permite identificar quién, individualmente, es el representante de los ciudadanos de un DUN. Para cada uno de estos DUNs se creó un foro especial en donde los electores pueden entablar un diálogo entre ellos y con el respectivo congresista.
Según Sudarsky, la propuesta de la representación por distritos uninominales (www.sistemaelectoralmixto.com), es la alternativa al clientelismo y la corrupción, situaciones que hoy permiten que los votos obtenidos por un candidato se dispersen en grandes territorios con acceso privilegiado a recursos del Estado a través de la llamada “mermelada”.
La propuesta del Sistema Mixto parte de que el clientelismo y la corrupción no son una enfermedad colateral del sistema electoral actual, sino la materia prima de su operación, con las consecuencias de carencia de legitimidad y ausencia de la ciudadanía del proceso de votación. En las dos últimas elecciones parlamentarias la abstención fue de 56%.
“Corrupción y clientelismo serán mayores si pasa la propuesta de listas cerradas y ordenadas por partido que se tramita en el Congreso. Esto haría más oscura la representación, sin que nadie asuma responsabilidad alguna por su territorio: conveniente para el ejecutivo, inconveniente para la ciudadanía”, afirma Sudarsky.
La obligación de rendir cuentas, por parte de los congresistas, es un derecho de los electores que permanece negado por el sistema electoral vigente.5
Bogotá, 5 de Noviembre de 2014