¿Recuerda usted por quién votó para la Cámara de Representantes? ¿Sabe si salió elegido? ¿Sabe usted a quien llamar a cuentas? Si su respuesta es negativa para todas estas preguntas usted está acompañado por la mayoría de los colombianos, mayoría que se ha agravado desde la reforma electoral del 2003. Ahora el gobierno propone en la reforma constitucional de Balance de Poderes hacer obligatoria la lista cerrada con la intención de fortalecer a los partidos y facilitar la gobernabilidad, léase que al gobierno no le toque lidiar con 200 parlamentarios cada uno requiriendo su dosis de mermelada, y más bien lidiar con cinco o seis partidos. Pero como los partidos mismos carecen de la disciplina para ordenar sus listas, se inventan unas consultas populares catorce semanas antes de las elecciones parlamentarias, o sea a comienzos de diciembre, donde todos los incentivos perversos, los costos exacerbados de las campañas individuales y la corrupción que hoy se dan en las elecciones de marzo, se trasladan idénticas a diciembre, con un costo de 560.000 millones de pesos en esta época de crisis fiscal, sin ningún efecto en disminuir la corrupción y sin tener que responder al electorado. Es más, haciendo más difícil que este sepa quién representa a los habitantes de un territorio, y a quien llamar a cuentas. Cada miembro de la lista gastará una fortuna —$4.000 millones confiesan cándidamente mis antiguos colegas para ser elegido— que luego hay que recuperar sorbiendo de las arcas del tesoro.
¿Cuál es la alternativa de los colombianos para resolver la más patética mentira de un sistema que se llama Representativo pero que no permite que uno sepa quién lo representa y a quien llamar a cuentas? Desde hace cuatro años venimos planteando el www.sistemaelectoralmixto.com como alternativa para cambiar realísticamente la relación entre ciudadanos y sus representantes, su partido y la relación entre política y sociedad.
El trámite legislativo de esta propuesta permitió, por lo menos, que los parlamentarios pudieran contemplar una alternativa lógica a su forma de ser elegido, un sistema que combine la claridad en la representación por medio de los distritos uninominales (DUN), donde de un tarjetón sencillo se elija un ganador que represente a la totalidad de los habitantes de un territorio, y la proporcionalidad entre votos recibidos por un partido y las curules que finalmente ocupe, para proteger las minorías y las nuevas fuerzas políticas. Una ventaja adicional es que los costos de las campañas se reducen considerablemente, no circunscripción nacional para el Senado, solo los costos de competir en una mucho más concentrada DUN.
Para ilustrar los efectos de esta reforma se hizo una simulación con los resultados de la votación en las parlamentarias del 2010-2014. Ahora la Corporación para el Control Social, Contrial, www.controlsocialcolombia.co , acaba de lanzar los resultados de una simulación actualizada con los resultados 2014-2018. En ella se puede estudiar en detalle tanto para Cámara como para Senado quien es el representante de cada territorio y llamarlo a cuentas por lo que prometió en campaña y por lo que está haciendo por ellos. Adicionalmente se crearon unos foros virtuales donde estos ciudadanos se pueden inscribir y relacionar entre sí, desarrollar la racionalidad colectiva sobre que es prioritario para cada DUN y establecer un diálogo con el representante para que les cuente qué está haciendo por ese territorio en términos de la inversión del Estado, no con la seducción individual y privada de la mermelada sino con proyectos colectivos concertados con la comunidad. Con una ciudadanía movilizada y con su atención concentrada en un individuo, la posibilidad de que los gastos desaforados producto de las tajadas sacadas en la contratación, se hagan evidentes y, finalmente se haga real el mandato constitucional de la soberanía en el Pueblo.
Más le serviría al gobierno y a los partidos empoderar a ciudadanos organizados con una sociedad civil fuerte y densa, que mantener la fantasía de una gobernabilidad diseñada para excluir a los ciudadanos. Invitamos a estos últimos a afinar y concentrar su atención y ejercer el control social sobre los elegidos identificando e inscribiéndose en la DUN a que pertenecen y con los instrumentos que por primera vez se ofrecen en Contrial, ejerzan colectivamente su soberanía.
John Sudarsky, Presidente Contrial